26 Jul Conoce los 5 tipos de hepatitis virales
Este 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, específicamente las de origen viral. El Dr. Miguel Garassini, gastroenterólogo – hepatólogo del Centro Médico Docente La Trinidad, explica que existen 5 tipos de hepatitis desencadenadas por virus, todas ellas con una sintomatología común –aunque no siempre manifiesta- en su fase aguda o inicial: malestar general, fiebre, orina oscura y coloración amarilla de la piel. Las variaciones entre una y otra vienen dadas, principalmente, por la vía de contagio y la evolución de la enfermedad. Garassini las describe:
Hepatitis A
Es la forma más común en Venezuela y se transmite por agua y alimentos contaminados, vía fecal-oral, y muy difícilmente de una persona a otra. Produce hepatitis aguda y su pronóstico es favorable, dado que no evoluciona hacia una fase crónica y siempre se cura sin necesidad de tratamiento. Al paciente no se le indican medicamentos, solo reposo y dieta, y en un período de 2 a 6 semanas la enfermedad remite. En algunos casos, sobre todo en la infancia, es asintomática y puede pasar desapercibida.
Hepatitis B
Puede manifestarse sólo en su fase aguda o evolucionar hacia una hepatitis crónica, lo cual significa que el virus es capaz de quedarse en el organismo, producir una infección a largo plazo y derivar, con el paso de los años, en una cirrosis hepática y sus complicaciones asociadas. Si bien la gran mayoría de las personas infectadas logra eliminar el virus, en un pequeño porcentaje éste permanece, caso en el que se indica tratamiento para evitar el progreso de la enfermedad. Se transmite por vía sanguínea y por intercambio de fluidos (saliva y semen), a través de agujas, transfusiones, procedimientos quirúrgicos, trabajos odontológicos, besos y relaciones sexuales, siendo esta última la principal fuente de contagio. También puede transmitirse de madre a feto al momento del parto.
La hepatitis B suele evidenciarse en una fase aguda tras la que es posible, mediante exámenes de sangre, determinar si el virus fue eliminado o si permanece en sangre; sin embargo, en algunas personas la infección resulta asintomática (sobre todo en recién nacidos o personas inmunosuprimidas, como pacientes oncológicos o con VIH) y pasan a la fase crónica sin haber tenido la aguda y, por lo tanto, sin saberlo. El problema es doble: además de las posibles complicaciones de una hepatitis crónica, que en este caso evoluciona sin vigilancia ni tratamiento, quienes están infectados contagian sin saberlo a otras personas.
Hepatitis C
A diferencia de los otros tipos, en los que la gran mayoría de las personas infectadas manifiestan la enfermedad a través de una fase aguda, el virus C suele ser asintomático y permanece en el organismo del 80% de quienes lo adquieren, conduciendo a una hepatitis crónica silenciosa. Se transmite por sangre, a través de agujas, transfusiones, procedimientos quirúrgicos y trabajos odontológicos. Es raro el contagio por vía sexual. Al igual que en la hepatitis B, se indica tratamiento en la fase crónica, con la diferencia de que en este caso es posible eliminar el virus y curar la enfermedad.
Hepatitis D (Agente Delta)
Es un virus particular que sólo adquiere quien está infectado con el virus B. Puede producir hepatitis crónica y aumentar la severidad de la enfermedad. Las vías de transmisión son las mismas que en el virus B.
Hepatitis E
Menos común que los otros tipos, se contagia y manifiesta de forma similar a la hepatitis A: a través de agua y alimentos contaminados, produciendo una hepatitis aguda que sólo en pacientes inmunosuprimidos puede llegar a fase crónica. Mujeres embarazadas y personas mayores son especialmente susceptibles de mostrar una evolución severa (y en algunos casos fulminante) de una hepatitis aguda tipo E.